miércoles, 7 de marzo de 2018

Ausentes de Nuestra Tierra. Prosa lírica.



Ya la vela ilumina lo tenue de la existencia.
Son pocos los guisantes desta sopa,
pero alcanza para compartir.
Soy un engendro de la rebeldía,
nadie sabe como voy, solo navego en la ausencia,
como una sombra.

Así voy. Visionando el término de una Era.
La Era de la Antigüedad, donde el hombre, como especie,
estaba ligado a su tiempo, a su tierra, a sus tradiciones.
Hoy todo es distinto.
El humor de lo internacional, todo lo invade.
Así perdemos nuestros propios territorios,
pues no hay sustento cultural que lo aguante.

Así camino...
Son largas las noches que medito ahuyentando el futuro
renegándome al pasado, como un frugal dulce de cine.
Se que el mundo rural, aquello que se creía firme e
inapropiable, ahora se ve desierto, anónimo, presa
de los saqueadores sin nombre.
Aquellas ratas del desierto.



Peces en el agua.
Son los misterios cumplidos,
la obra realizada.

El alzar la mierada al sol,
solo te encandila,
haciéndote perder el rumbo.

Solíamos decir:
Que venga el futuro!
como una aventura,
o simplemente,
como una esperanza.

Ahora, salimos del turno,
solo para repercutir,
con nuestras soledades.



Soledades & Saudades.
Pronto vendré de vuelta a tu regazo,
Tierra Mía.
Espérame tibia y fresca,
como siempre te conocí.

Así solo mirando en la espesura.
Sigo sin derivancia.
Solo en el tiempo me fijo.
En esta vela que no para de titiliar.

Sabemos, los hombres.
Los sueños nos hacen reconfortar.
Son húmedos resplandores de un
mañana mejor -o peor-?

Aquellos humores, no son solo
tentativas del infinito.
Albores eternos?



Ojos de Sal.
Así vivimos.
Perdidos en el sabor.

La sequedad del sol,
nos quiebra.
Porque somos
pera, carne y sol.

Es el devenir de los
caminantes sin rumbo.

Así se solía decir.




(...)claro, después de una invierno veraniego,
no podía hacer otra cosa que esperar, así paciente.
De pronto el sol despuntó, pero nunca llegó a Valpo.
Tuve que ir a buscarle, y con él, la puerta hacia los cueros.
El trovar de los pelos unidos por su endodermis.
Misterioso tema. Así el divagar rural no para.
Un devenir misterioso, -o por lo menos para el urbano-.
No hay límites para el trovador de tiempos.

Se teñirán las montañas de ausencia,
cuando aquellos viejos estandartes,
dejen sus asientos de calma,
en el fuego.
En ese momento,
la oscuridad vendrá,
y todo parecerá
nebuloso & confuso.
Muchos se preguntarán del cómo,
pero la tierra ya no encontrará oídos..

Seremos todos, ausentes de nuestra tierra.

El tiempo devora a sus hijos.
Pero hay quienes se resisten.
no en carne sino en  Espíritu.


Roc